La ecología industrial se posiciona como una de las escasas maneras con las que la industria puede contribuir al desarrollo sostenible. Un enfoque interdiscipinar y sistémico permite ejecutar proyectos medioambientales, acordes con los aspectos ambientales y el contexto social y económico donde se desarrollan.
Es indiscutible, por tanto, destacar los beneficios económicos, sociales y ambientales de la ecología industrial, pues ésta se construye sobre los pilares del ahorro y la optimización de recursos, así como la minimización de residuos y cargas contaminantes.
Perfectamente integrada en la política de Responsabilidad Social Corporativa, la ecología industrial mejora la imagen ambiental de la empresa así como las interrelaciones y colaboración con los agentes sociales del contexto geográfico donde opera.